por Silvana Borghi, AATI
Las Jornadas Profesionales de Traducción Editorial de la Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes (AATI) son un evento único donde confluyen no solo profesionales de la traducción y la edición, sino también de la escritura, la interpretación, la corrección y del mundo de la traducción editorial. Desde hace más de nueve años, son cita imperdible al final de abril en el marco de las Jornadas Profesionales de la Feria del Libro de Buenos Aires, con asistencia de personalidades destacadas de la cultura y del mundo del libro.
En estos años, la asistencia se ha incrementado hasta llenar la sala; en la última edición se hizo habitual ver personas esperando su turno para entrar. Esto se debe a la variedad y actualidad de temas, así como a la amplia difusión del evento, que ya es un clásico de la traducción editorial y de las Jornadas Profesionales.
A partir de 2022, la AATI sumó la propuesta de talleres previos a las jornadas. En esta última edición se ofrecieron cuatro talleres, con inscripción previa (y gran demanda): «Taller de traducción (adaptación, versionado) de literatura para niños», «Traducir ensayos: un panorama para la práctica editorial», «Métrica y matices en el verso libre: taller de traducción de poesía» y «Contratos de traducción: cuando el comitente es el autor de la obra originaria».
Como miembro de la Comisión de Traducción Editorial, debo decir sin rodeos que amo estas convocatorias y estar en la «cocina» de las Jornadas. Es sentirse parte de algo grande. El detrás de escena se remonta a noviembre o diciembre, cuando en reunión de comisión comenzamos la organización de las jornadas para el año siguiente. Continuamos con reuniones periódicas para abarcar todos los detalles y ofrecer lo mejor de cada persona, como parte de un equipo fuerte, consolidado y, sobre todo, solidario.
Desde la organización, me encargo de contactar a oradores y moderadores y de la difusión en diferentes canales. También, de la inscripción del público en los talleres y las jornadas, y de resolver sus dudas y problemas. Por eso, comparto el entusiasmo que genera la propuesta, que se pone de manifiesto en el público que se traslada del interior del país para participar o en quienes residen en la zona y reservan los días para asistir; en los grupos de estudiantes de la carrera de Traducción que asisten cada año y, sobre todo, en quienes conformamos los distintos grupos de trabajo y colaboramos con la Comisión Directiva, porque compartimos este amor por nuestra profesión y lo expresamos en cada evento.